Cuando tenemos que tomar una decisión con respecto a los
objetivos que debemos llevar a cabo en
las redes sociales, no hay nada mejor como la prueba y error. Y me explico.
Hace unos años que llevo siguiendo la pista a una pequeña organización en
Linkedin. Esta organización cuenta con página de empresa y con un perfil.
Seguro que muchos profesionales del marketing apuestan por una página de
empresa en vez de perfil. Pues yo, en este caso, lo rechazo por completo. Me
baso en los datos: 65 seguidores en la página. Más de 800 contactos en el
perfil.
Si para algo sirve Linkedin es para hacer networking. Esa,
sin dudarlo, deber ser la única premisa que tenemos que tener en mente a la
hora de ponernos manos a la obra. Nada de venta directa, nada de promociones.
Realmente, el fin de esta herramienta, es crear un contacto directo y personal
con los profesionales de tu sector.
Si hacemos una comparativa con lo que ofrece un perfil y lo
que ofrece una página con respecto al objetivo primero, el resultado es
inquietante.
¿Qué nos permite un perfil?
Conectar con contactos de calidad
Publicar contenido
Mandar mensajes
Seguir e intervenir en grupos. (¡¡Genial para hacer
networking!!)
Seguir a otras empresas
Rellenar un perfil mucho más completo
¿Qué nos permite una página?
Publicar contenido
Ver estadísticas
Bajo mi humilde opinión, prefiero sustituir las estadísticas
por todos los puntos, anteriormente mencionados, que me ofrece el perfil.
Ahora bien, al ser una empresa, tenemos que saber conectar
con los usuarios de Linkedin. ¿Cómo se puede hacer? La primera cosa que llama
la atención es la foto de perfil. ¿Por qué no poner la cara visible de la
empresa junto con el logo? Eso denota que hay personas detrás, y no sólo una
marca. Para continuar podemos rellenar un extracto con las palabras clave que
describan nuestro negocio (importante para el SEO). Ya solo nos queda publicar
contenido de calidad, contactar con gente e interactuar.
Seguimos debatiendo sobre Redes Sociales, navegantes.
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